La serie se centra en un concurso en el que 456 jugadores,
todos de diferentes ámbitos de la vida pero todos sumidos en serias desgracias
personales y deudas económicas, que en corea supone encontrarse a la merced de
cobradores de deuda que estando relacionados con grupos criminales amenazan con
extraer sus órganos para venderlos y saldar así su deuda. Esta situación desesperada
enpuja a estas personas a participar en una serie de juegos infantiles con
consecuencias letales si pierden, para tener la oportunidad de ganar 45 600
millones de wones.
Desde su estreno, esta serie se convirtió una de las series
más vista de Netflix, con más de 142 millones de espectadores alrededor del
mundo, superando en ese entonces a Bridgerton como la serie más vista de la
plataforma.
A raíz de la temática de la serie se plantea en algunas
plataformas la siguiente idea:
Se trata de que los contenidos de la serie “El juego del
calamar”, ha hecho sonar la alarma al comprobarse que, en los colegios, el
elevado número de menores que la ven, pese a ser apta para mayores de 16 años.
Varios centros escolares han enviado una circular a las familias recomendándole
que sus hijos no tengan acceso a la ficción, incluida en la oferta de la
plataforma Netflix.
El psicólogo sanitario José Antonio Galiani, plantea que “Es
una serie que habla de tragedia, de personas en riesgo de vulnerabilidad por
cuestiones económicas, en la que se asesina y se trafica con órganos humanos” y
que “a todos esos ingredientes se exponen niños y adolescentes al verla”,
"los jóvenes con más de 16 años sacan con esta ficción sus conclusiones de
cómo es la naturaleza humana y cómo actúa ante diversas situaciones", y
puntualiza que en el caso de los niños esas conclusiones resultan
"confusas", pues a esa edad "difícilmente se distingue la
realidad de la ficción".
En respuesta al motivo por el que hay una gran atracción infantil por El juego del calamar, se justifica con que la serie presenta una estética e iconografía muy llamativas a los ojos de un niño, lo que facilita que se normalice la violencia.
Por ello se plante que el "peligro" de este tipo
de ficción radica en que lo familiar y los juegos se mezclan con la violencia, hasta el punto que ambas se
convierten en una sola cosa, lo que de trasladarse a los recreos escolares se traduciría
en situaciones y escenas preocupantes. Ante esta situación, los psicólogos aconseja a
los padres actuar también con madurez, y que no se trata de imponer la "autoridad parental", sino de aplicar "la
responsabilidad parental".
¿Cuál es vuestra opinión al respecto?
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